Voy a seguir embobandome con su cara de
niño bueno, a sonreír cada vez que me guiñe el ojo. Voy mirarle
disimuladamente sin que se de cuenta, a seguir soñando con sus te
quiero, con sus besos desprevenidos, y si, también voy a recordar cada
uno de los momentos a su lado, porque solo son nuestros. Y quizás lo
echo de menos; porque él fue el primero que me hizo sentir de esta
manera, solo él sabia cómo hacerme reír sin parar, solo él sabía lo
mucho que me gustaban sus besos, que me mordiera el labio, o que me
abrazara por detrás, solo él sabe muy bien todo lo que me hizo sufrir,
todo lo que di por él, todas las locuras que hice por amor, su amor.
Porque le quería como a nadie nunca he vuelto a querer. Y ahora ese
chico de ojos café y sonrisa perfecta es pasado. Pero quiera o no; dónde
hubo fuego, cenizas quedan y solo hace falta una chispa para que ese
fuego vuelva a arder.
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